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La menopausia es una etapa de la vida de la mujer que comienza en el momento de su última menstruación. Esta viene precedida por una fase de transición que suele comenzar en torno a los 50 años, en la que se dejan de producir óvulos y disminuye la producción de estrógenos.

En la menopausia, la práctica regular de ejercicio y una dieta equilibrada ayudan a controlar el peso, a reducir la pérdida de masa ósea y a mejorar los síntomas asociados.

La práctica de alguna actividad física no solo es recomendable, sino que resulta imprescindible para mantener una buena salud y minimizar los efectos de la menopausia sobre el organismo de la mujer.

Habitualmente vemos en los gimnasios y centros deportivos a mujeres de mediana edad que se limitan a actividades de tipo cardiovascular o cuerpo-mente, dejando de lado el entrenamiento de fuerza sin saber que este tipo de práctica es muy beneficioso a la hora de combatir los cambios que se producen en esta etapa.

 

Beneficios del entrenamiento de fuerza durante la menopausia:

  • Mantenimiento del peso adecuado: A través del entrenamiento de fuerza estamos favoreciendo el crecimiento de nuestros músculos (masa magra), que demandan más energía que el tejido graso para mantenerse vivos. De esta forma, a mayor porcentaje de masa muscular, más alto será nuestro metabolismo y más efectiva la quema de grasa, consiguiendo prevenir a su vez la aparición de enfermedades cardiovasculares.
  • Prevención de la osteoporosis: el ejercicio de fuerza es un gran aliado para protegernos frente a la osteoporosis, ya que uno de sus beneficios es el de la estimulación de las células encargadas de generar masa ósea. Así, con el entrenamiento de fuerza generamos hueso nuevo que el organismo utiliza para adaptarse a las cargas mecánicas.
  • Mejora de la calidad de vida: la masa muscular también se ve mermada en esta época y poco a poco vamos perdiendo fuerza, por lo que el entrenamiento con pesas debería ser un deber en todas las mujeres para mantener unos niveles de funcionalidad y agilidad adecuados.
  • Prevención de disfunciones de suelo pélvico: la disminución de masa muscular también influye especialmente sobre la musculatura del suelo pélvico, sobre el que tendremos que trabajar de forma específica mediante el método Pilates, ejercicios de Kegel o el método hipopresivo.

 

Otros beneficios que nos puede aportar la práctica regular de actividad física son:

  • Influencia positiva sobre el estado de ánimo: ya que con la actividad física se liberan endorfinas, hormonas que segrega el cerebro de manera natural y que producen sensación de alegría y bienestar, por lo que el deporte ejerce una acción preventiva contra la depresión, ansiedad, estrés, irritabilidad, disminución de la líbido,…
  • Ayuda a conciliar el sueño: el ejercicio incrementa la producción de melatonina, hormona implicada en los procesos de sueño-vigilia, por lo que ayudará en la prevención de fases de insomnio, siempre y cuando se practique preferiblemente por la mañana o al menos 2-3 horas antes de acostarse.
  • Mejoras generales en el sistema cardio-pulmonar, la agilidad y coordinación.